No fue solo un sueño.

Anoche soñé. entre algodones, gasas y un antiséptico de cariño mis heridas sanar, en las suaves manos de mi madre mis lágrimas secar, en los brazos de mi padre mis miedos escapar.
Anoche soñé, entre mates y bizcochos en fiel ronda de amistad mis sonrisas explotar, en las arrugadas manos de la abuela amasando las pastas del domingo.
Anoche soñé, entre vinos y brindis, con aquella mesa de fin de año repleta de mi gente, los que están y los que ya no, entre bromas, risas y cuentos que de pequeño me fascinaban.
Anoche soñé con aquellos amores adolescentes que me hicieron temblar por primera vez, con mi timidez pequeña de pichón de Romeo que arrancaba suspiros en Julietas desconocidas.
Anoche soñé un sueño hermoso de mis años de felicidad, de lo hermoso que me regaló la vida en tantos años, de todos los mimos y abrazos que recibí.
Y ahora con mis ojos abiertos y con la felicidad en explosión universal, sonrío optimista sabiendo que mis años felices no fueron solo un sueño y los años felices venideros tampoco lo serán.